Día INT. De Recuerdo de las Víctimas de la Esclavitud

Hoy 25 de Marzo, es el Día Internacional de Recuerdo de las Víctimas de la Esclavitud, fecha para conmemorar a l@s más de 15 millones de hombres, mujeres, niños y niñas que fueron despojados de sus tierras africanas y en el más cruel de los viajes, fueron esclavizados sujetándolos a violencia psicológica, física, sexual y traídos a América para ser comercializados por bienes para trabajos forzados.

Para millones, el inicio de ese viaje de esclavitud inició aquí, en “La Masión de los Esclavos” ubicada en La isla de Gorée, una pequeña isla de 28 hectáreas a 3,5 km de la costa de Dakar, Senegal, Africa; en donde hoy sus paredes y pasilos son un testimonio desgarrador de una de las mayores tragedias en la historia de las sociedades humanas: la trata trasatálntica de esclavos.

También llamada la “isla de la memoria”, entre el siglo XV y el XIX, fue el mayor centro de comercio de esclavos de la costa africana debido a su extrema centralidad de su posición geográfica entre el Norte y el Sur, lo que la convertía en una excelente posición estratégica para trasladar esclavos en un corto tiempo hacia colonias inglesas, portuguesas y españolas del Caribe, a Brasil y el sur de Estados Unidos.

En unos de los pocos aposentos de “la mansión”  que tenían una estrecha ventana vertical, en completo hacinamiento separaban a las niñas y las adolescente que por ser vírgenes tenían un mayor valor. Dicho espacio contaba con una letrina a diferencia de los aposentos para hombres, con el único objetivo de que ellas se mantuvieran más aseadas para que los capitanes de las tripulaciones tuvieran acceso a ellas para violarlas, después de poder verlas a través de la estrecha ventana que tenía acceso a un pasillo trasero, para así escogerlas, sacarlas temporalmente del aposento y posteriormente violarlas.

Este era solo el comienzo de la inhumana travesía. Por ejemplo, los hombres eran también hacinados pero en espacios aún más reducidos, sin ventilación, letrina o iluminación. Una vez que eran mantenidos mientras el capitán consideraba que el barco estaba listo para zarpar,  los trasladaban encadenados desde los aposentos a través de estrechos pasillos hasta las fragatas. En ocasiones en ese trayecto, como un acto de desesperanza algunos preferían suicidarse tirándose al mar, por lo que los esclavistas decidieron que la mejor manera de disuadirlos era encadenarlos unos a otros, así, si uno se lanzaba al mar, el resto caería en cadena. A este pasillo se le llamaba “El Punto de No Retorno”.

En una sola embarcación trasladaban a cientos de esclavos en condiciones deplorables. Desnudos, apilados unos encima de otros, sujetos a violencia extrema y sin acceso a atender sus necesidades fisiológicas, por ende en ese trayecto que podía durar entre dos y tres meses, centenares de ellos fallecían inhumanamente.

Una vez vendidos a sus nuevos amos, eran esclavizados para labores forzosas de siembra y recolección de azúcar, algodón, tabaco, construcción de carreteras y edificaciones entre otros trabajos forzados.

Según un artículo de The Guardian, cuando cuatrocientos años después, los esclavos finalmente fueron liberados, a éstos no se les brindó compensación o soporte. En vez, para aplacar a los que se oponían a la abolición de la esclavitud, el Reino Unido por ejemplo, usó 20 millones de euros (al precio de 1833) para compensar a 46.000 dueños de esclavos ingleses por su pérdida de “propiedad”. El mismo artículo cita que en el caso de los británicos, las ganancias de la trata de esclavos fondearon su reserva del Tesoro, así como las industrias británicas, edificios, vias ferreas, caminos y parques.

Sin duda alguna, esto mismo debe de replicarse en los casos de otros grandes colonizadores que aún no compensan en inmenso daño, porque reconocerlo, no es suficiente.

Comparte:

Entradas relacionadas

Racismo Inverso

Habiendo celebrado recientemente el Día del Negro y la persona Afrodescendiente en Costa Rica, muchos se preguntarán: ¿Qué hay del

Leer más